GOBERNAR PARA LAS ÉLITES
Secuestro democrático y desigualdad económica. Políticas en contra de los Derechos Humanos.
«Mientras la mitad más pobre de la población mundial posee la misma riqueza que las 85 personas más ricas del mundo, en España, la riqueza de las 20 personas más ricas (77.000 millones de euros) es equivalente a la renta del 20% de las personas más pobres
Entre 1988 y 2008 el coeficiente de Gini aumentó en 58 países. Así, mientras en Estados Unidos, el 1% más rico ha acumulado el 95% del crecimiento total posterior a la crisis desde 2009, el 90% más pobre de la población se ha empobrecido aún más; y la tendencia ha sido la misma en España. El coeficiente de Gini en España ascendió a 0.34 en 2011 y a 0,35 en 2012 -el mayor valor desde que comenzaron los registros- colocando a España en el segundo país más desigual de Europa, sólo por detrás de Letonia. De hecho, antes de la crisis el 20% de los españoles más ricos ganaba 5,3 veces más que el 20% más pobre; pero en 2011, esta cifra había aumentado a 7,5 veces. Si la tendencia continúa, para 2025 el 20% de los españoles más ricos podrían ganar en promedio 18 veces más que el 20% más pobre»
Informes de Intermon Oxfam
Informe de desigualdad de Oxfam y comienzo del Foro de Davos
El gobierno «para las élites» convierte a España en el segundo país más desigual de Europa
La desigualdad de rentas ha aumentado en España a raíz de la crisis hasta convertirla en el segundo país más desigual de Europa según el índice Gini.
«No hay lugar en el mundo donde tantos participantes en el diseño del futuro global se reúnan, todos unidos con la misión de mejorar la situación del mundo», lo dice el fundador y presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab sobre el encuentro de Davos, que comienza este miércoles. En esa ciudad suiza se reúnen primeros ministros, presidentes, empresarios, magnates y otros maquinistas de la locomotora global, que han detectado diez «riesgos globales», entre los cuales a España le faltan pocos para cantar ‘bingo’. Las crisis fiscales, el desempleo y el subempleo y las desigualdades son los riesgos más consolidados, pero otros relacionados como la inestabilidad política o el precio de los alimentos también aparecen en un top ten en torno al cual debatirán a partir de esta semana los diseñadores del futuro global.
Como aperitivo de esta cita, la ONG Oxfam ha publicado esta mañana un informe titulado Gobernar para las élites cuyo recorrido mediático superará a las decisiones que se tomen en Suiza, adonde no se desplazará, por cierto, el presidente del Gobierno español. Por encima de la pobreza, Oxfam pone el acento en la desigualdad y utiliza para ello la metáfora del vagón de tren: uno de primera clase serviría para contener a los 20 españoles más ricos, cuya riqueza es equivalente a la del 20% más pobre. Si añadimos en coche restaurante y otro par de vagones, caben los 85 magnates más ricos del mundo, que tienen una fortuna acumulada equivalente a la de 3.570 millones de pobres en el planeta.
El aumento de las desigualdades a raíz de la crisis ha desenganchado los vagones de primera y de segunda también en Europa, especialmente en los países de la periferia, especialmente en España, que es tras Letonia el país europeo en el que más desigualdad se produce entre el 1 y el 99%. Así, el índice Gini que mide la desigualdad de renta de los hogares ha aumentado un +9,7% desde 2008 –de 31,9 a 35, teniendo en cuenta que cero es la igualdad total y cien la desigualdad total–.
Desempleo y subempleo
La brecha de la desigualdad también es generacional. Como recoge el Barómetro Social de España, la diferencia entre el 20% más rico y el 20% más pobre se acentúa por debajo de los 65 años. Es decir, mientras que las diferencias entre la población jubilada se mantienen en niveles precrisis, entre la población por debajo de esa edad la brecha crece de año en año, «si en 2007 el 20% más rico ganaba 5,7 veces más que el 20% con menos ingresos, en 2012 la distancia se incrementó hasta 8,1 veces», explica el Colectivo IOÉ. La tendencia supera la media europea: en la UE las desigualdades han crecido el 0,3% en estos años.
Los altos índices de desempleo, combinados con las políticas de recortes, han generado esta situación de desigualdad, que supone, según el informe de Oxfam, «una amenaza para un modelo social basado en la inclusión e igualdad de oportunidades, y pone en peligro los sistemas democráticos». Pero el subempleo o la expansión del working poor, han incrementado de igual modo la desigualdad. En 2012 creció la distancia entre los trabajadores con mejores sueldos y los peores pagados: el salario medio del 10% de los asalariados que más cobran (4.476,20 euros/mes) superó diez veces el del 10% que menos gana (423 euros/mes). Como señala la Fundación 1º de mayo en su estudio Trabajadores Pobres y Empobrecimiento en España, tener empleo ya no es una salvaguarda ante las situaciones de pobreza. Algo que los autores de este estudio relacionan, entre otros factores, con «la tentación de destruir empleo estable y bien remunerado por otro empleo más vulnerable y peor remunerado» junto con los recortes al Estado de bienestar producidos como «remedio» al desequilibrio fiscal en las cuentas del Estado.
Los salarios reales han caído desde el año-ancla 2008. En 2009, el salario medio real alcanzaba su máximo histórico –1.698 euros–, una cifra que ha retrocedido a 1.602 en 2012. Las trabajadoras a tiempo parcial, las personas entre 16 y 24 años, la población extranjera y las mujeres, son los sectores con salarios reales medios más bajos, según la Encuesta de Población Activa. La mayor desigualdad en la retribución salarial también ha crecido desde el comienzo de la crisis, sin embargo se da la circunstancia que hay menos diferencias salariales entre quienes cobran menos (empleadas a tiempo parcial, especialmente mujeres) que en estratos más elevados de la relación salarial, donde crecen las diferencias.
La desigualdad de rentas ha aumentado en España a raíz de la crisis hasta convertirla en el segundo país más desigual de Europa según el índice Gini.
«No hay lugar en el mundo donde tantos participantes en el diseño del futuro global se reúnan, todos unidos con la misión de mejorar la situación del mundo», lo dice el fundador y presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab sobre el encuentro de Davos, que comienza este miércoles. En esa ciudad suiza se reúnen primeros ministros, presidentes, empresarios, magnates y otros maquinistas de la locomotora global, que han detectado diez «riesgos globales», entre los cuales a España le faltan pocos para cantar ‘bingo’. Las crisis fiscales, el desempleo y el subempleo y las desigualdades son los riesgos más consolidados, pero otros relacionados como la inestabilidad política o el precio de los alimentos también aparecen en un top ten en torno al cual debatirán a partir de esta semana los diseñadores del futuro global.
Como aperitivo de esta cita, la ONG Oxfam ha publicado esta mañana un informe titulado Gobernar para las élites cuyo recorrido mediático superará a las decisiones que se tomen en Suiza, adonde no se desplazará, por cierto, el presidente del Gobierno español. Por encima de la pobreza, Oxfam pone el acento en la desigualdad y utiliza para ello la metáfora del vagón de tren: uno de primera clase serviría para contener a los 20 españoles más ricos, cuya riqueza es equivalente a la del 20% más pobre. Si añadimos en coche restaurante y otro par de vagones, caben los 85 magnates más ricos del mundo, que tienen una fortuna acumulada equivalente a la de 3.570 millones de pobres en el planeta.
El aumento de las desigualdades a raíz de la crisis ha desenganchado los vagones de primera y de segunda también en Europa, especialmente en los países de la periferia, especialmente en España, que es tras Letonia el país europeo en el que más desigualdad se produce entre el 1 y el 99%. Así, el índice Gini que mide la desigualdad de renta de los hogares ha aumentado un +9,7% desde 2008 –de 31,9 a 35, teniendo en cuenta que cero es la igualdad total y cien la desigualdad total–.
Desempleo y subempleo
La brecha de la desigualdad también es generacional. Como recoge el Barómetro Social de España, la diferencia entre el 20% más rico y el 20% más pobre se acentúa por debajo de los 65 años. Es decir, mientras que las diferencias entre la población jubilada se mantienen en niveles precrisis, entre la población por debajo de esa edad la brecha crece de año en año, «si en 2007 el 20% más rico ganaba 5,7 veces más que el 20% con menos ingresos, en 2012 la distancia se incrementó hasta 8,1 veces», explica el Colectivo IOÉ. La tendencia supera la media europea: en la UE las desigualdades han crecido el 0,3% en estos años.
Los altos índices de desempleo, combinados con las políticas de recortes, han generado esta situación de desigualdad, que supone, según el informe de Oxfam, «una amenaza para un modelo social basado en la inclusión e igualdad de oportunidades, y pone en peligro los sistemas democráticos». Pero el subempleo o la expansión del working poor, han incrementado de igual modo la desigualdad. En 2012 creció la distancia entre los trabajadores con mejores sueldos y los peores pagados: el salario medio del 10% de los asalariados que más cobran (4.476,20 euros/mes) superó diez veces el del 10% que menos gana (423 euros/mes). Como señala la Fundación 1º de mayo en su estudio Trabajadores Pobres y Empobrecimiento en España, tener empleo ya no es una salvaguarda ante las situaciones de pobreza. Algo que los autores de este estudio relacionan, entre otros factores, con «la tentación de destruir empleo estable y bien remunerado por otro empleo más vulnerable y peor remunerado» junto con los recortes al Estado de bienestar producidos como «remedio» al desequilibrio fiscal en las cuentas del Estado.
Los salarios reales han caído desde el año-ancla 2008. En 2009, el salario medio real alcanzaba su máximo histórico –1.698 euros–, una cifra que ha retrocedido a 1.602 en 2012. Las trabajadoras a tiempo parcial, las personas entre 16 y 24 años, la población extranjera y las mujeres, son los sectores con salarios reales medios más bajos, según la Encuesta de Población Activa. La mayor desigualdad en la retribución salarial también ha crecido desde el comienzo de la crisis, sin embargo se da la circunstancia que hay menos diferencias salariales entre quienes cobran menos (empleadas a tiempo parcial, especialmente mujeres) que en estratos más elevados de la relación salarial, donde crecen las diferencias.