Los organizadores de la prueba deportiva aclaran que la intención era que los y las deportistas sintieran lo que supuso el encierro de los presos de Ezkaba y que para ello era necesario que la carrera saliera desde el interior de la prisión, por lo que pidieron al Ejército su permiso, y de ahí que aparezcan como colaboradores en el cartel junto al Ministerio de Defensa.
Lamentan que «algunos sectores locales especialmente activos y hostiles en sus manifestaciones» hayan entendido esto como una humillación hacia las personas que fueron asesinadas por los fascistas durante la Fuga de Ezkaba en 1938 y critican a los medios de comunicación que se hicieron eco de la colaboración del Ejército español, entre ellos Ahotsa.info, a quienes acusan de falta de ética y profesionalidad.
Los organizadores de la prueba afirman que la suspenden para no entorpecer «la normalización, la paz y la convivencia», aunque se muestran «tristes» por la realidad sociopolítica navarra y que esperan que su iniciativa haya servido para «desbloquear algunas actitudes» para que en el futuro sean posibles carreras de este tipo.