Sabino Ormazabal Elola / Miembro de Bidea Helburu
No puede decirse que todo esté inventado, porque no lo está; pero pocas cosas son originales: actuamos tras experiencias anteriores; escribimos sobre lo ya leído a otras personas; recogemos las circunstancias que nos rodean; somos como una cadena que pasa el testigo de mano en mano, como la Korrika vasca. Y aunque no es posible dar cuenta de toda esa cadena en estas líneas, intentaremos acercarnos a cómo se han forjado y enlazado algunos eslabones desobedientes a lo largo de la historia.
Edad Antigua. Primera desobediencia. Nos remontamos a la mitología griega, la que nos ofrece Sófocles en una de sus tragedias: Antígona. Esta mujer, hija de Edipo, se niega a obedecer las normas dictadas por su tío Creonte, rey de Tebas, y da sepultura al cadáver de su hermano Polinices, que había muerto en rebeldía. El tirano había prohibido expresamente su entierro y los honores fúnebres, aduciendo para ello razones de Estado. Pero Antígona quebranta la ley y actúa desde fuera de esa lógica de Estado, utilizando criterios humanos y solidarios. Sabía Antígona las consecuencias de su acto, la muerte, pero es consecuente con sus principios y desobedece lo que para ella era injusto.
De una tragedia a otra. Y dando un salto en el tiempo, otro desacato, vivido en persona por Howard Zinn (1922-2010). Este historiador de EEUU participa en un bombardeo en Europa durante la segunda guerra mundial. Es tal el horror e impacto vivido que se convierte al activismo pro derechos humanos y de la noviolencia. En 1970, en Boston, después de ser arrestado junto con otros activistas por bloquear el envío de soldados a Vietnam, Zinn, entonces profesor en la Universidad de Boston, desacata la orden judicial de presentarse ante un tribunal y viaja a Baltimore para participar en un debate público sobre la desobediencia civil. A su regreso, dos policías lo detienen y encarcelan. En su discurso en Baltimore, define así su posición:
«En cuanto uno dice que el tema es la desobediencia civil, parece estar diciendo que nuestro problema es la desobediencia civil. Ese no es nuestro problema… Nuestro problema es la obediencia civil. Nuestro problema es la cantidad de gente en todo el mundo que obedece los dictados de los líderes de sus gobiernos… Nuestro problema es que la gente es obediente en todo el mundo, frente a la pobreza y el hambre y la estupidez, y la guerra y la crueldad. Nuestro problema es que la gente es obediente, y las cárceles están repletas de pequeños ladrones, mientras que todos los grandes ladrones gobiernan el país. Ese es nuestro problema… El estado de ley ha regularizado y maximizado la injusticia que existía antes del estado de ley».1
Desobediencia y obediencia. Cuenta la tradición que en el año 493 a. C., el movimiento plebeyo se niega a acatar las obligaciones que tenía con los patricios romanos. Dejan de cooperar en sus tareas y amagan con abandonar Roma con la intención de fundar una ciudad propia sobre el Monte Sagrado, probablemente el Aventino. Su entereza posibilita un acuerdo y la Ley de las XII Tablas incluirá parte de sus demandas.2 Como la Roma de los siglos V y IV a.C. transcurría entre constantes amenazas de guerra, y se necesitaba que los plebeyos participaran en las tropas auxiliares, frecuentemente recurrían estos a la desobediencia: al amotinamiento o a la deserción como arma de presión. Y a su vez, como en el Senado y en los Comicios Centuriados dominaban los patricios, procedían los plebeyos a su propia obediencia: en el 471 a.C. crean un estado paralelo, esto es, la elección de su propia asamblea (Concilia plebis tributa) y de sus propios representantes, los tribunos de la plebe.3
Damos otro gran salto y, en 1952, tenemos el concepto de «redes de doble poder» acuñado por el antifascista, poeta, educador y pacifista italiano Danilo Dolci (1924-1997). Además de activista no violento (llega a realizar tres ayunos públicos; el tercero de ellos con Lanza del Vasto),4 en Trappeto y Partinico (Sicilia), regiones «abandonadas» por el Gobierno de Italia, impulsa una huelga a la inversa: «si un obrero para protestar se abstiene del trabajo, un desocupado hace huelga trabajando». Con esta filosofía, y sin esperar a las autoridades, decide construir un pantano, reparar las calles del municipio con centenares de parados, pone en marcha varios centros educativos infantiles y un emisor de radio clandestino que denuncia las condiciones de vida de la gente. Por ello Dolci es detenido y juzgado en 1956, pero paralelamente los apoyos hacia sus posiciones crecen. En Aldo Capitini,5 educador antifascista y seguidor de Gandhi, contará con un fuerte aliado.
Primeros impagos y cuestionamiento feminista.
No solo justicia y equidad −«Nunca contribuiremos para guerras civiles ni os ayudaremos uno contra otro»− sino también igualdad y derechos fueron las razones esgrimidas por Hortensia, en el año 42 a.C., ante el tribunal de los triunviros (varones únicamente) que impartían justicia pública en el foro romano. Hablaba en nombre de 1.400 mujeres a las que se les exigía un considerable tributo para la guerra:
«Si las mujeres no hemos declarado a ninguno de vosotros enemigo público, ni hemos demolido vuestras casas, destruido vuestros ejércitos o encabezado otro contra vosotros; si no os hemos puesto obstáculos para que alcancéis cargos y honores, ¿por qué debemos compartir la pena si no compartimos la culpa? ¿Por qué deberíamos pagar impuestos cuando no tenemos ninguna parte en los honores, las jefaturas y la política, por las que competís el uno contra el otro con tan perjudiciales resultados?».6
Más de 2.000 años después, el 14 de julio de 2009, el grupo de acción feminista La Barbe aprovecha la efeméride republicana francesa para poner barbas postizas de diversos tamaños y colores al mayor número de estatuas de Marianne, que simboliza la République. Con su acción se preguntan cómo es posible que si los valores de «libertad, igualdad y fraternidad» los encarna una mujer, Marianne, «el padre Patria esté tan bien protegido por los grandes hombres». Proponen ante ello «propagar una epidemia de barbas para visualizar la ausencia de mujeres en los espacios más influyentes […] y atacar de este modo insolente las estructuras, que no los individuos, del poder».7
Siglo XV
Noviolencia y No resistencia. Lederach atribuye el primer uso conocido del término noviolencia a los Hermanos Checos, cuyo fundador era Petr Chelc´iký. Este grupo mantiene una posición pacifista anarco-cristiana, consistente en rechazar todo tipo de violencia o participación en la guerra y la crítica al poder y a la Iglesia unida a él.8
Cinco siglos después, el novelista y pensador ruso León Tolstói (1828-1910), autor de Guerra y Paz, sigue el mismo sendero y rechaza tanto el servicio militar como el servicio civil y los impuestos de guerra de su época. En su relación epistolar con Gandhi, le transmite cómo concibe el principio de no resistencia: no solo en oposición a todo tipo de violencia sinotambién a la propiedad privada y a la Iglesia ortodoxa rusa ligada al Estado.9 Estas ideas libertarias, basadas en el cristianismo original, se expresaron en su libro El reino de Dios está en vosotros, censurado en su país y en el Estado español. Reforzado por las ideas de Thoreau, a su vez influyó en Gandhi y en King. Este último, el reverendo Martin Luher King (1929-1968), es una figura clave desde 1955 en el movimiento por los derechos civiles y contra el segregacionismo racial en EEUU. En 1963 pronuncia el famoso discurso de la Marcha sobre Washington: «Yo tengo un sueño… Un día, cualquier negro de este país, cualquier persona de color en el mundo entero será juzgada por su valor personal antes que por el color de su piel».10
Siglo XVI
Pionero manuscrito de la no colaboración. Étienne de La Boétie (1530-1563), estudiante de abogacía en la Universidad de Orleans, edita con 18 años El discurso de la servidumbre voluntaria, un escrito que mantiene su validez hasta nuestros días. Interpela en él las razones de la obediencia voluntaria de los muchos al poderoso: «Si un tirano es un solo hombre y sus súbditos son muchos, ¿por qué consienten ellos su propia esclavitud?». Católico libertario, de La Boétie no es partidario del tiranicidio, de la muerte física de la persona del tirano, porque para él “matar” a un tirano consiste en destruir su poder mediante el retiro no violento del apoyo o consentimiento a su autoridad. De esta forma se mata no a una persona sino a la tiranía misma.11
Aproximadamente 500 años después, en 1955, es Rosa Parks (1913-2005) quien retira de forma no violenta su consentimiento a seguir manteniendo unas normas injustas que propician la discriminación racial en los autobuses de Montgomery, Alabama. Parks rehúsa levantarse de un asiento designado para blancos y desplazarse a la parte de atrás del autobús. Y por ese gesto firme es arrestada bajo la acusación de haber perturbado el orden. Su juicio dura 30 minutos y es obligada a pagar 14 dólares por «violar el orden público». Pero su audacia provoca un gran movimiento en defensa de los derechos civiles. En cuestión de días, la población negra de Montgomery organiza un boicot casi total de los autobuses, se autoorganiza para desplazarse por otros medios y aunque son atacados por el Ku Klux Klan, que incendia las viviendas de los organizadores, en 382 días consiguen el fin de la segregación en el transporte público de esa localidad.
«Siempre dicen que no me levanté del asiento porque estaba cansada, pero no es cierto -cuenta Parks-. No tenía más cansancio físico de lo normal al fin de un día de trabajo. No estaba vieja, aunque mucha gente cree que en esa época era vieja; tenía 42 años. No, lo que estaba era cansada de ceder y ceder».12
Siglo XVII
Oposición al reclutamiento forzoso. En todas las épocas y sociedades se ha repetido la negativa a la conscripción obligatoria. Hay casos, como en 1653, en los que toma forma de deserción y la mayoría de los reclutados, en esta ocasión navarros, se fugan de los tercios en los que han sido enrolados para la guerra contra Cataluña. Vuelven a intentarlo desde la Diputación navarra, pero en esta circunstancia se encuentran con la negativa de las autoridades locales. Lorenzo Arribas cuenta con ironía que al año siguiente el rey prometió el perdón a todos los desertores de la anterior campaña si se enrolaban en la nueva: «Emocionados los transgresores por tamaña muestra de bondad regia, ninguno hizo caso».13 Se cuenta por decenas de miles el número de desertores que escapan de la leva masiva decretada por ley, en 1793, en el Estado francés. Se ejecuta a quienes les cobijan o ayudan a cruzar los Pirineos para no ir a la guerra contra Austria. También se les confiscan los bienes. En este contexto se manda al destierro a miles de vascos de Lapurdi. En 1804 son las tropas del rey Borbón Carlos IV las que ocupan el Señorío de Bizkaia y establecen un estado de guerra hasta 1807, con el objetivo de sofocar una revuelta popular contra los reclutamientos. En 1892 son las levas para la guerra en Cuba las que generan oposición. Han pasado 350 años, es 1904, pero se repite la historia: el Gobierno español vuelve a protestar ante la Diputación navarra por el gran número de desertores que se dan en las tropas que recluta. En 1909, los trabajadores de la Harinera de Tudela se declaran en huelga y cortan las vías del tren para intentar impedir el paso de los reclutas para la guerra de África.14 Cuenta Oliver Olmo que grupos de mujeres se tumban en las vías del tren para obstaculizar que los reservistas sean llevados a guerrear a Marruecos.15 Es tan amplia la oposición al reclutamiento que en julio de ese año Alfonso XIII envía al ejército a contrarrestarla. Durante las protestas de la denominada Semana Trágica de Barcelona en 1909, los miembros del comité de huelga son detenidos, y es fusilado el pedagogo anarquista Ferrer i Guardia. Como protesta, 100.000 personas se manifiestan en Barcelona. Pero el interés español por los recursos de Marruecos sustenta la guerra y miles de soldados mueren en el campamento de Annual y en el cuartel de Monte Arruit. Todo ello lleva a que se convoque en el verano de 1921 una huelga general contra la guerra del Rif. El ejército reprime brutalmente las protestas.
Unos 50 años después, en 1971, Pepe Beunza se convierte en el primer objetor de conciencia antimilitarista del Estado español. En el consejo de guerra afirma: «No son ustedes los que me juzgan sino yo el que se presenta voluntariamente para denunciar esta injusticia. Pueden ustedes condenarme».16 Miles de objetores e insumisos logran acabar con el servicio militar obligatorio en 1996. Por medio está, en 1918, la prisión de Bertrand Russell (1872-1970) durante una acción no violenta contra la primera guerra mundial en Londres. Y especialmente la oposición a la guerra de Vietnam en los años sesenta: marchas, técnicas de resistencia pasiva, toma de edificios públicos −como la ocupación de la Universidad de Berkeley en 1964 y 1966− o la rotura y quema de las tarjetas de llamada a filas, como la realizada en las oficinas de reclutamiento en Chicago en 1969, donde las nueve personas que lo hacen no escapan y esperan la llegada de bomberos y policías.17 La Revolución de los Claveles en Portugal, en 1974, contra la dictadura de António de Oliveira Salazar, es, asimismo, una referencia obligada en este recuento.
Siglo XVIII
Lucha por la igualdad y resistencia pasiva. Ante la aprobación de la «Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano» en 1789, la escritora y dramaturga francesa Olympe de Gouges redacta dos años después la «Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana». En ella puede leerse en el punto IV que:
«La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a los demás; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer solo tiene por límites la tiranía perpetua que el hombre le opone; estos límites deben ser corregidos por las leyes de la naturaleza y de la razón». Y en el punto XVI, lo siguiente: «Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada, ni la separación de los poderes determinada, no tiene constitución; la constitución es nula si la mayoría de los individuos que componen la nación no ha cooperado en su redacción».
Olympe de Gouges defiende la libertad de las mujeres para acceder a la vida política −que les es vetada−, a poder poseer propiedades no dependiendo del hombre y a una igualdad de poderes en la familia y en todos los ámbitos y el derecho al voto. Morirá en 1793 en la guillotina, tras un juicio sin abogado, acusada de defender un estado federado acorde con los principios girondinos.
Cincuenta años después, el movimiento sufragista coge el relevo de las mujeres francesas en EEUU y en Europa, especialmente en Inglaterra. En 1866, entre otros métodos de lucha, las sufragistas deciden no pagar impuestos y realizan sentadas y huelgas de hambre, siendo muchas de ellas encarceladas e incluso alguna de ellas ajusticiada. Entre sus principales demandas a favor de la igualdad, vuelven a solicitar el derecho a la participación política de las mujeres, especialmente el derecho al voto, además de exigir un salario igual que un hombre por igual trabajo.18
Primera mitad del siglo XIX
Pionero tratado de la desobediencia civil. Henry David Thoreau pone en práctica entre 1842 y 1846 las teorías de Étienne de La Boétie y se niega a pagar los impuestos de captación para no colaborar en la financiación de la guerra y en la esclavitud existente en EEUU: «Este pueblo debe dejar de tener esclavos y de hacer la guerra a México, aunque le cueste la existencia como pueblo».19 Llevaba cuatro años “impagando”20 cuando es detenido por ello e ingresado en la cárcel de Concord, Massachusetts. En la noche que pasa en prisión, escribe: «Bajo un gobierno que encarcela injustamente, el verdadero lugar para una persona justa está en la cárcel». De este hecho nace su tratado Del deber de la desobediencia civil. En él, Thoreau niega que la obediencia sea necesariamente una virtud; sostiene que cuando algo en el sistema funciona mal, el individuo tiene el derecho y la responsabilidad de desobedecer y rebelarse. Se declara enemigo del Estado y desarrolla uno de los conceptos principales de su pensamiento: el Gobierno no debe tener más poder que el que la ciudadanía esté dispuesta a concederle.
«Existen leyes injustas −afirma−: ¿debemos estar contentos de cumplirlas, trabajar para enmendarlas, y obedecerlas hasta cuando lo hayamos logrado, o debemos incumplirlas desde el principio? Las personas, bajo un gobierno como el actual, creen por lo general que deben esperar hasta haber convencido a la mayoría para cambiarlas. […] Una minoría es impotente, ni siquiera es una minoría, mientras se amolde a las mayorías; pero se vuelve insostenible cuando obstaculiza con todo su peso. Si la alternativa es mantener a todos los justos presos o renunciar a la esclavitud y la guerra, el Estado no dudará en escoger. Si mil ciudadanos no pagaran sus impuestos este año, esa no sería una medida violenta y sangrienta, como sí lo sería pagarlos, habilitando al Estado para que ejerza violencia y derrame sangre inocente. Esta es, de hecho, la definición de una revolución pacífica, si es que tal revolución es posible. Si el recaudador, o cualquier otro funcionario −como ya ha sucedido− me pregunta: “y entonces, ¿qué hago?”, mi respuesta es: “si usted de verdad quiere hacer algo, renuncie al puesto”. Cuando el súbdito se ha negado a someterse y el funcionario renuncia a su cargo, la revolución se ha logrado».21
Antes y después de que fueran escritas estas ideas, han sido y son muchos los casos de no colaboración con la injusticia a lo largo de la historia. Por ejemplo, las negativas a obedecer órdenes injustas de los mandos superiores. En abril de 1837, el teniente coronel carlista Joaquín Julián Alzáa, oñatiarra y profesor de Derecho romano, tras ganar la batalla desde Oriamendi y recibir la orden de disparar sus cañones contra la actual capital guipuzcoana, dominada por los liberales, se niega a ello. Militarmente no era necesario y sin embargo acarrearía la muerte de población civil.22 En octubre de 1910, siendo un recluta en el ejército francés, Louis Lecoin23 desobedece las órdenes dadas a su regimiento para romper una huelga de trabajadores ferroviarios, cumplirá seis meses de cárcel por ello. El 27 de mayo de 1931, los soldados de reemplazo del Regimiento Sicilia se niegan a disparar, hasta en dos ocasiones, contra los manifestantes portuarios que marchaban con sus familias en manifestación desde Pasaia a Donostia. Será un tercer control, en este caso de la Guardia Civil, el que dispare contra la muchedumbre, causando la muerte de siete personas, heridas de bala a una veintena y numerosas detenciones.24 La lista de fusilados por esta causa en la historia es larga.
Segunda mitad del siglo XIX
Boicot. No es la primera vez que se da, pero en 1880 se acuña el nombre. Boicot es un anglicismo cuyo origen reside en el apellido del capitán Charles Cunningham Boycott, administrador de las fincas de un terrateniente absentista, el conde de Erne (Condado de Mayo, Irlanda). En su guerra agraria (1870-1890) para lograr una redistribución de las tierras y mejorar la situación de los granjeros en alquiler, la Irish Land League propone una rebaja de los arrendamientos que el administrador rechaza, expulsando a continuación a los miembros de la Liga de las tierras. Su presidente, Charles Parnell, sugiere entonces una alternativa no violenta para obligar al capitán a ceder: suspender todo tipo de tratos con él. Los jornaleros se niegan a cosechar o trabajar en su casa, los comercios a venderle comida (que debe traer de fuera) y el cartero local deja de depositarle su correo. Para recoger la cosecha el administrador trae 50 trabajadores del norte de Irlanda y 1.000 policías y soldados de escolta, a pesar de no correr peligro físico. Boycott, cada vez más aislado, se percata en noviembre de que sus esfuerzos han sido en vano, pues el coste de la cosecha es de 10.000 libras, muy por encima de su valor. Ese mismo mes, The Times utiliza por vez primera para describir la novedosa forma de acción el término boycott, acuñado por el P. John O’Malley de Mayo, que lo encuentra más fácil de pronunciar para los aparceros que ostracismo.25 El 1 de diciembre de 1880 el capitán Boycott huye con su familia a Suffolk, Inglaterra, donde muere en 1897.
Aunque no se hubiera plasmado aún el término, la práctica de bloqueo u obstrucción tenía antecedentes, al menos desde 1830, cuando la National Negro Convention anima a boicotear productos fabricados por esclavos. En 1965, César Chávez, Dolores Huerta y el sindicato United Farm Workers, siguiendo los principios y métodos de la noviolencia, mantienen una huelga de cinco años de duración con un boicot en EEUU contra los productores de uva de mesa de California hasta conseguir un convenio más justo para los vendimiadores temporeros. Por citar un boicot más cercano durante uno de los once estados de excepción del franquismo, y para protestar por la represión, en la noche festiva de Donostia del 19 de enero de 1969, se produce un completo boicot de las sociedades y compañías a participar en la Tamborrada, siendo los únicos asistentes los vehículos policiales. En la década de los setenta destaca el boicot a las subastas de explotación maderera junto a huelgas de hambre llevadas a cabo por el Movimiento Chipko (abrazar en hindi) en la India, basado en el sarvodaya gandhiano, con Mira y Sarala Bhen, Sunderlal Bahugana y Vandana Shiva.26
Siglo XX
La desobediencia civil llevada a la práctica por Gandhi. En tres tiempos:
Dar la cara. Mohandas K. Gandhi (1869-1948) pone en práctica las teorías de Thoreau, Tolstói y otros pensadores, a las que suma una conjunción de métodos: satyagraha (búsqueda o persistencia en la verdad), ahimsa (no hacer daño) y la desobediencia civil. Primero, contra la discriminación de la población india y negra en África del Sur. En 1906 llama a desafiar abiertamente y de forma no violenta la ley discriminatoria. Durante siete años, miles de indios son encarcelados (Gandhi lo es en varias ocasiones, y golpeado), azotados e incluso fusilados por protestar, quemar sus tarjetas de identidad o no mostrarlas a las fuerzas policiales británicas en África. Las cárceles se llenan. Una vez libres, vuelven a reincidir. Una marcha pacífica de más de dos mil personas durante cinco días quebranta la frontera que separa el Transvaal de Natal. Son detenidas todas ellas. Seis mil indios que trabajan en las minas africanas se declaran en huelga y piden ser detenidos también: «Un ciudadano a quien no asusta la cárcel es más fuerte que el Estado».27
Autosuficiencia y no colaboración. La experiencia africana ayuda al movimiento de Gandhi a afrontar mejor su estrategia noviolenta ante el Imperio británico en India. Primero se despojan de aquello que les crea dependencia colonial y buscan la autosuficiencia: devuelven sus medallas y condecoraciones a los ingleses, abandonan algunos oficios colaboracionistas y empleos oficiales, no pisan las universidades que se sustituyen por fundaciones indias, sacan a las niñas y niños de los colegios ingleses, el campesinado deja de pagar impuestos y de beber alcohol. Hacen montones con los certificados y con las ropas inglesas, hasta quedarse prácticamente desnudos, y les prenden fuego. Cada cual tiene que hilarse con algodón indio y con la rueca tradicional sus propias ropas. La rueca, una charca, entra a formar parte de la bandera del Congreso. Las detenciones en diciembre de 1921 llegan a 20.000.28 A partir de 1934 comienza la fabricación de productos autóctonos: cerillas, pasta dentífrica, escobas indias. A su vez, el Congreso decide boicotear al Príncipe de Gales, y se niegan a participar en las ceremonias oficiales o en los tribunales ingleses.
Marcha por la Sal. El monopolio inglés obligaba a los indios a pagar un impuesto sobre la sal y prohibía recolectarla. La acción que mejor refleja la fuerza de la estrategia india a favor de los recursos propios se visibiliza en 1930 con una marcha que recorre a pie 380 kilómetros, hasta llegar a la costa del océano Índico. Una vez allí, Gandhi desobedece las normas, se adentra en el Sabarmati y recoge en sus manos agua salada. Miles de personas realizan el mismo acto y recogen agua salada en recipientes, a modo de salinas. Este ejemplo es seguido en todo el territorio indio, convirtiéndose en un desafío en toda regla. Los británicos detienen por ello a miles de «ladrones de sal». Lejos de amedrentarse, el 5 de mayo organizan una excursión al depósito gubernamental de sal de Dharasana, donde de nuevo es detenido Gandhi. Allí, miles de voluntarios desafían a las fuerzas de policía que custodian la sal y se disponen pacíficamente a cogerla. Los policías cargan a garrotazos: dos muertos, 300 heridos y miles de personas detenidas. Gandhi permanece nueve meses en la cárcel. Finalmente, el virrey pierde el pulso y reconoce a los indios su derecho a recolectar. La independencia de la India se logrará el 14 de agosto de 1947.
Segunda mitad del siglo XX
Los nuevos movimientos sociales. Con el bagaje descrito anteriormente, la noviolencia activa29 y la desobediencia civil se convierten en estas décadas en uno de los principales instrumentos de pensamiento y acción para los movimientos sociales. No hay espacio para reproducir todos los casos interesantes, con lo que citaré algunos únicamente. Empecemos con Larzac (1971-1981). Los intentos de ampliar un campo militar del Ejército francés en la meseta occitana de Larzac, entre Millau y el Bajo Languedoc, se encuentran con la resistencia campesina: 107 propietarios se niegan a vender sus tierras y se organizan a modo de cooperativa, aliados con Paysans travailleurs, ecologistas, objetores, feministas y militantes de izquierda. Las tierras de los alrededores se adquieren en pequeñas parcelas por gentes de diferentes lugares, de esta forma impiden que el campo de tiro militar se amplíe con más hectáreas y obstaculizan la gestión de las expropiaciones. Son ocho años superando con imaginación los decretos de expropiación del Gobierno francés: organizan una tractorada desde Rodez a Orleans, llevan las ovejas a la Torre Eiffel tras una marcha de 710 kilómetros a pie. A pesar de la prohibición expresa del prefecto para que el cortejo no pase la Puerta de Orleans, numerosos colectivos les ofrecen sus casas y se movilizan en su apoyo. Realizan concentraciones masivas y actuaciones musicales en 1973 y 1974, con decenas de miles de personas acampadas. En junio de 1976, 20 personas asaltan el campamento militar de La Cavalerie y se apoderan de los documentos de la venta de los terrenos.
30 En otra ocasión, 90 tractores de los campesinos penetran hasta el mismo centro del campo de tiro militar. Y así, hasta que en 1981 logran la paralización del proyecto. ¡Larzac, finalmente victoriosa!
En los años posteriores, Larzac continúa siendo una referencia de lucha. Allí nacen los “segadores voluntarios” (agosto de 2003). En 1999 había habido un desmantelamiento simbólico de un McDonalds en Millau31 y experiencias de destrucción de una planta de arroz transgénico (1999) y de semillas de transgénico (1998), pero en julio de 2004 son unas 800 personas las que siegan una parcela de maíz transgénico en Menville, Haute-Garonne. Se trata de segadores voluntarios que deciden enfrentarse a la ley mediante una actuación colectiva. Alcaldes, consejeros y otros cargos electos municipales, departamentales o regionales, encabezan el cortejo. El intercambio de palabras con el gendarme-jefe es el siguiente:
«−Vamos a avanzar, corresponde a la gente decidir su futuro, no a las multinacionales de la agroquímica». «−Debo recordarles que la destrucción de bienes pertenecientes a otro es un delito». «− Nos hacemos responsables». «−Les informo que los gendarmes no se opondrán a su acción, pero tomarán fotos de las personas que se dediquen a arrancar». «−Hagan su trabajo, nosotros haremos nuestra tarea». Apoyado en su bastón, un hombre mayor abandona las filas y se dirige a un gendarme. Le tiende un documento de identidad y su tarjeta de elector: «Me llamo Jean Gravas, deseo que apunten mi nombre». «Nada de violencia, nada de insultos a las fuerzas del orden, nuestros adversarios son las cañas de maíz. ¡Adelante!». Centenares de personas trasgreden las leyes y arrancan los primeros OGM. Y solo una caña por persona, “para ser miles los que puedan ser condenados por una caña”. Y lo hacen con las manos, sin aperos, por decisión colectiva: “Ni guadaña, ni hoz, ni cuchillos, solamente nuestras manos para no ser acusados de portar armas”. En apenas 30 minutos la media hectárea de OGM carece de condiciones para seguir creciendo. Los gendarmes les han ametrallado (a fotos) con el 24×36, modelo japonés, argéntico. Pero los segadores voluntarios, sonrientes y serenos, están listos no solo para asumir las consecuencias judiciales sino para recomenzar un nuevo acto ciudadano, como dice Sylvie, una maestra».32
Enlazan con estas luchas las campañas de desobediencia civil contra la central nuclear de Lemóniz llevadas a cabo entre 1978 y 1982: desdomiciliación del recibo de la luz, impago de las cuotas, creación de equipos de electricistas que volvían a conectar la luz tras el corte por impago, apagones coordinados masivos, boicot de trabajadores portuarios a desembarcar material nuclear, solidaridad de los portuarios franceses que también se niegan, llamadas reiteradas a las oficinas, encerronas. También, las acampadas de mujeres ante los cuarteles con misiles nucleares de Greenham Common, las posteriores acciones de antinucleares alemanes y franceses que bloquean la vía férrea para retrasar el convoy con residuos nucleares con destino a Gorleben… Greenpeace, Itoiz, las acciones de los Demo, de los Solidarios, Zuzen, las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, las Mujeres de Negro, el SAT [Sindicato Andaluz de Trabajadores], Amnistía Internacional… la lista es inacabable, sin llegar a todo el repertorio de Gene Sharp.33
Siglo XXI
Tras la Primavera árabe (2010), el 15-M (con la acampada de la Puerta del Sol de Madrid y otras localidades) y el 15-O en 2011, su extensión (Occupy Wall Street…), su diversificación por barrios y la sucesión de mareas de batas blancas, verdes, naranjas y la paralización de cerca de 700 desahucios por parte de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), con implicación de cerrajeros, bomberos34 y ha surgido una amalgama de iniciativas que cada vez están mejor organizadas. Son de mencionar, aunque todavía estén en una fase de iniciación, Stop Ley Wert, diversas dinámicas catalanas (Crida a la desobediencia civil pels drets ciutadans i contra la dictadura financera), los actos de resistencia recientes de Askegunea (Donostia) y Herri Harresia (Ondarroa) y los encierros y negativa de trabajadores a ser desmanteladas sus empresas.
Hacia una confluencia de mareas. Yo Sí Sanidad Universal35 es una campaña de desobediencia contra la exclusión sanitaria por la cual médicos, enfermeras y auxiliares administrativos siguen atendiendo y se ejerce el derecho a la sanidad universal. Amador Fernández Savater ha entrevistado a varios de sus miembros:36
«Marta: Solo nos queda construir, porque la ley no la podemos parar. Eso nos ha dado mucho sentido práctico: hay que construir sí o sí. Antón: Yo Sí tiene dos ventajas muy grandes: hay un derecho fundamental que es la salud de todas las personas; de entrada, cuentas con una simpatía muy amplia y eso facilita la diversidad. La segunda ventaja es que se producen victorias. Normalmente, una lucha es palmar, palmar y palmar hasta que palmas del todo. Y esta no es así: el mero hecho de que un médico desobedezca y atienda a una persona que había sido excluida genera mucha satisfacción. Marta M: La idea de fondo que transmite Yo Sí es: “si nosotros desobedecemos, la ley se cae”. Irene: Lo que me engancha de Yo Sí es llevar a la práctica cómo quiero que sean las cosas. Juan Luis: Por un lado, están los manuales para los grupos que pensamos que pueden desobedecer. Administrativos, usuarios y sanitarios, cada uno puede hacer algo. Para los profesionales sanitarios, el manual explica los pasos que se pueden dar desde que te llega alguien a consulta en los distintos niveles: primaria, especializada, urgencias. A veces se trata de aprovechar resquicios y otras veces se trata directamente de desobediencia. La persona puede elegir el riesgo, el manual presenta las opciones. También se dan alternativas: en la medicación, por ejemplo, dos o tres que se pueden usar. Estos manuales están en permanente actualización y pueden consultarse. Patricia: Y luego está la parte de los usuarios. Hemos formado grupos de acompañamiento: personas con y sin tarjeta sanitaria se agrupan para que una persona que ha quedado excluida pueda ir a su mismo médico, en el mismo sistema de siempre y en su mismo barrio. No se trata de generar un sistema paralelo, que sería insostenible y además mantendría esa segregación que el Real Decreto quiere crear. El acompañamiento consiste en ir al médico de siempre y convencerle de que desobedezca y atienda, explicándole cómo puede hacerlo».
Y una reflexión final sobre la marea blanca, de Antón: «El cambio social será cuando confluyan las mareas, no solo los marineros y menos aún los capitanes».
NOTAS
1 Página oficial de Howard Zinn: http://www.howardzinn.org/zinn/
2 Artehistoria, Reivindicaciones plebeyas, disponible en: http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/589.htm. Acceso el 21 de mayo de 2013.
3 Artehistoria, op. cit., disponible en: http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/588.htm.
4 Giuseppe Giovanni Lanza del Vasto (1901-1981), fundador de la Comunidad del Arca.
5 Aldo Capitini (1989-1968) funda en 1952 el primer Centro de No Violencia en Italia y en 1961 organiza una Marcha por la paz y la hermandad de los pueblos, donde se enarbola por primera vez la bandera de la paz (el arco iris con la palabra Pace, que debe distinguirse de la elaborada por Gerald Holtom en 1958, más conocida como «Haz el amor, no la guerra»)
6 A. L. Truque Morales, «Mujer y abogacía en la Roma antigua: tres casos célebres», Revista Estudios, nº 23, VI Sección, 2010, citando a Apiano en Las Guerras Civiles, IV, 1913, pp. 32-33.
7 A. Manterola, «La Barbe», Gara, 15 de julio de 2009. También L. Ash, «Las feministas francesas con barba falsa», BBC, disponible en: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/07/120705_francia_feministas_la_barbe_en.shtml
8 J. P. Lederach, El abecé de la paz y los conflictos. Educar para la paz, Catarata, Madrid, 2000, p. 98.
9 Ibidem, p. 99. En la edición de El reino de Dios está en vosotros, publicada por la Editorial Kairós, 2010, se incluye la correspondencia que mantuvieron Tolstói y Gandhi.
10 Información completa sobre Martin Luther King en: http://www.martinlutherking.org/
11 É. de La Boétie, El discurso de la servidumbre voluntaria, Tusquets, Barcelona, 1980.
12 Autobiografía de Rosa Parks en My Life (Mi Vida), disponible en: http://revcom.us/a/021/la-memoria-rosa-parks-s.htm. Acceso el 21 de mayo de 2013; y C. Sampedro, 1325 mujeres sembrando paz, disponible en: http://www.1325mujerestejiendolapaz.org/sem_rosa.html
13 J.L. Arribas, «Introducción a una memoria desobediente», en VV.AA., En legítima desobediencia. Tres décadas de objeción. Insumisión y antimilitarismo, MOC y Traficantes de Sueños, Madrid, 2002, p. 25.
14 I. Egaña, Quién es quién en la historia del país de los vascos, Txalaparta, Tafalla, mayo 2005, pp. 180 y 365.
15 P. Oliver Olmo, La utopía insumisa de Pepe Beunza. Una objeción subversiva durante el franquismo, Virus, Barcelona, febrero de 2002, p. 18.
16 P. Beunza, «Declaraciones ante el consejo de guerra en Valencia», en En legítima desobediencia…, 2002, p. 19.
17 F. Colombo, Alternativa a la violencia, Lumen, Barcelona, 1968, pp. 10-11 y 44-45.
18 Las mujeres pudieron votar por primera vez en Nueva Zelanda en 1893 (aunque no podían presentarse a las elecciones), en Australia en 1901, en Finlandia en 1906, en Noruega en 1913, en Dinamarca e Islandia en 1915, en Holanda en 1917, en Rusia con la revolución bolchevique de 1917, en Gran Bretaña y Alemania en 1918, en Suecia en 1919, en EEUU en 1920, en Irlanda en 1922, en Austria, Checoslovaquia y Polonia en 1923, en España con la República de 1931, en Italia y Francia en 1945, en Mónaco en 1962, en Andorra en 1970, en Suiza en 1971 (en Ginebra había en 1968 una alcaldesa, pero ella no podía ejercer el derecho al voto), en Irak en 1980, en Samoa en 1990, en Kuwait en 2005 y en Arabia Saudita es posible que lo puedan hacer en 2015.
19 H.D. Thoreau, Del deber de la desobediencia civil, Ediciones del Valle, Buenos Aires, p. 27.
20 A. Casado da Rocha, Thoreau. Biografía esencial, Acuarela, Madrid, enero de 2005, p. 87.
21 Ibídem.
22 J.C. Guerra, Lecciones de Genealogía y Heráldica, Eusko Ikaskuntza, Donostia, 1919, p. 693-694.
23 Louis Lecoin (1888-1971), pacifista y libertario, director de Liberté, es condenado a seis años y seis meses de cárcel acusado de insumisión y perturbación del orden público por su actividad durante la primera guerra mundial. Volverá a prisión durante la segunda guerra mundial al repartir Paz ahora. Con Albert Camus realiza una campaña por un estatuto para los objetores de conciencia, y con 74 años permanecerá 22 días en huelga de hambre con el mismo motivo. Meses después el Ejecutivo francés aprueba una Ley de Objeción.
24 X. Portugal, Pasaia 1931-1936. La memoria de los vencidos, Ayuntamiento de Pasaia, febrero de 2008.
25 M. Davitt, The Fall of Feudalism in Ireland, Harper & Brothers, Londres, 1904.
26 V. Shiva, Manifiesto para una democracia de la tierra. Justicia, sostenibilidad y paz, Paidós, Barcelona, 2006.
27 Frase de Gandhi recogida por H. Fronsac, «Qué es», en No-violencia y objeción de conciencia, Fontanella, Barcelona, 1964, p. 25.
28 C. Climent, Gandhi, profeta de la libertad, Aguilar, Madrid, 1991, pp. 62-63.
29 Jean Marie Muller (Vesoul, 1939) es uno de sus teóricos principales. Autor de una treintena de publicaciones, es miembro fundador de Mouvement pour une alternative non-violente y de Non-Violence XXI.
30 J. Bové y F. Dufour, Conversaciones con Gilles Luneau. El mundo no es una mercancía. Los agricultores contra la comida basura, Icaria, Barcelona, enero de 2001, p. 60.
31 J. Bové, en el libro que comparte con el periodista Gilles Luneau, entre los criterios que considera básicos de la desobediencia cívica está el de que «si se atacan los bienes, solo puede ser en una dimensión simbólica, con humor, a rostro descubierto. Con la finalidad de mostrar que la propiedad privada no puede oponerse al interés general». Por la desobediencia cívica, El Viejo Topo, Barcelona, p. 151.
32 G. Luneau, prólogo a Por la desobediencia cívica, escrito por él y por José Bové, El Viejo Topo, Barcelona, 2004, pp. 11-19.
33 G. Sharp (Ohio, 1928), de The Albert Einstein Institution: http://www.aeinstein.org/organizations00fa.html
34 Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), en: http://afectadosporlahipoteca.com/stop-desalojos/
35 Yo Sí Sanidad Universal, Estrategias de Desobediencia. Existen formas de seguir atendiendo a todo el mundo, en: http://yosisanidaduniversal.net/actua.php. Acceso el 21 de mayo de 2013.
36 A. Fernández Savater, eldiario.es, 24 de mayo de 2013, disponible en: http://www.eldiario.es/interferen/sanidad_publicaYo_Si_6_135846437.html
BOLETÍN ECOS Nº 23 – JUNIO-AGOSTO 2013 – ISSN – 1989-8495 – FUHEM ECOSOCIAL ‒ WWW.FUHEM.ES/ECOSOCIAL 1